Cómo mejorar tu imagen personal como ejecutivo
Elegir la mejor imagen para ir al trabajo es difícil tanto para hombres como para mujeres, aunque a veces por cuestiones de accesorios, puede ser más complicado para una mujer. Hay ciertos códigos de vestimenta que suelen tomarse como universales para la oficina o lugar de trabajo, esto puede servir de guía para personas que nunca han trabajado o que quieren mejorar su imagen personal como ejecutivos.
Al asistir a la oficina lo que queremos es transmitir una sensación de confianza, organización y limpieza, por lo que no todas las prendas son recomendadas para la oficina, pueden gustarnos mucho los pantalones de mezclilla, pero eso no significa que sea una buena idea llevarlos al lugar de trabajo. Sandalias, tenis, gorras, playeras de equipos de fútbol, hay un sinnúmero de elementos no compatibles con las oficinas.
En cuanto a la moda para mujeres, se recomienda que a pesar de tener un buen cuerpo, sean lo más recatadas posible, trajes sastre que no sean completamente pegados al cuerpo, con camisas que no tengan escotes muy pronunciados para no quitarle el tono serio. Si van a optar por faldas, que no sean más cortas de la rodilla y si se puede, que siempre vayan acompañadas de unas medias no muy llamativas.
Claro que hay lugares en donde nos brindan los uniformes empresariales al entrar a la empresa, aquí no hay mucho qué hacer ya que algunas empresas castigan cualquier modificación al uniforme.
En cuanto a los hombres, se recomienda que acudan al trabajo con trajes y de no tenerlos, utilizar una buena combinación de pantalones de vestir con algún suéter, de preferencia sin estampados o estoperoles, que combine con los zapatos (que deben ser cerrados y utilizados con calcetas) y la corbata.
Para los dos sexos siempre es recomendable una presentación aseada: cabello limpio y peinado sin exagerar con el gel, cara aseada libre de excesos de maquillaje, manos limpias con las uñas cortas en caso de los hombres, arregladas y no muy llamativas en caso de las mujeres y en los dos, un buen aroma siempre es la cereza del pastel.