Diferencias entre los plásticos de polietileno de alta y baja densidad
El plástico es un derivado químico del petróleo que tiene una gran diversidad de usos, dependiendo de los procesos a los que es sometido durante su fabricación. Hoy en día, no podríamos concebir la forma de vida que tenemos sin la presencia constante de los plástico, a pesar de que se ha demostrado ya que son materiales muy difíciles de degradas y que pasaran muchos cientos de años antes de que sus componentes se descompongan y se reintegren a la tierra.
De entre la amplia variedad de plásticos que existen, el polietileno es uno de los más comunes, en alguna de sus variedades. El uso más generalizado para esta clase de plásticos son los empaques de cualquier tipo, desde botellas y recipientes hasta las muy comunes bolsas de supermercado.
Por su composición química, el polietileno puede dividirse en dos grandes conjuntos que son, respectivamente, los de alta y de baja densidad. Ambos materiales se procesan de manera muy semejante y se puede decir que la diferencia principal entre ellos es el espesor de los objetos que se pueden fabricar con ellos. Esto tiene una gran importancia en cuanto al tipo de usos que se les puede dar.
Ambos tipos de plástico tienen una buena resistencia térmica y a los golpes. También pueden ser trabajados mediante las técnicas de termoformado, son ligeros y presentan dificultades para imprimir o pintar sobre ellos y requieren de técnicas especializadas de impresión o adhesión.
El polietileno de baja densidad se utiliza sobre todo para las bolsas de plástico con las que se carga el súper y otros objetos de plástico delgados. Buenos ejemplos son los platos, vasos y cubiertos desechables, así como muchos tipos de botellas muy flexibles pero resistentes a los golpes y las caídas. Al contrario que su variante más densa, no es resistente a los ácidos ni tampoco conserva su forma y consistencia a temperaturas elevadas.
Por otra parte, el polietileno de alta densidad admite usos más variados, como los contenedores plásticos más gruesos y resistentes; algunos de ellos son los que se usan para detergentes líquidos y otras sustancias corrosivas o peligrosas. También se utilizan para la fabricación de juguetes, protectores corporales como rodilleras o cascos, diversas clases de prótesis y partes de automóviles. En una de sus variantes, aparece como un líquido espeso de secado rápido que puede utilizarse como impermeabilizante para casas, albercas y vertederos industriales.