Servidores públicos buscan darle un mayor impulso a la industria textil
Escrito por: Mariel Hernández Maldonado
La industria del vestido es una de las más redituables en México, pues gran parte de la cultura mexicana se manifiesta a través de complejos tejidos que cuentan las historias de los diferentes pueblos que aún se arraigan a las tradiciones milenarias. Sin embargo también las nuevas empresas que se dedican a crear ropas más modernas y acorde con las tendencias mundiales aportan una valiosa cantidad a la economía nacional.
El año pasado la industria sufrió una decaída debido a la gran cantidad de importaciones ilegales y desleales, por lo que se ha planeado una estrategia que impulse a la industria textil y del vestido a través de tres ejes fundamentales: una política ligada a lo industrial que realmente apoye la innovación así como la competitividad, eliminando los monopolios, medidas específicas de seguridad aduanera que garanticen el final de la competencia desleal e ilegal y apoyo financiero de la industria que incluye un recurso Nafin de 450 millones de pesos para las pequeñas y medianas empresas que se dediquen a los textiles.
Con estas medidas se espera tener una industria textil más fuerte, que sea competitiva y resonante en los mercados internacionales, es por esto que se busca inyectarle los recursos necesarios para lograr el impulso necesario. Con el mismo objetivo, este año se puso en marcha el Centro de Innovación Textil, que se encargará de fortalecer las capacidades empresariales e implementará procesos de diseño e innovación. El centro abrirá en Hidalgo en su primera etapa para ponerse a prueba, luego de este prototipo se espera abrir más sucursales en la República.
En conjunto con las medidas económicas y empresariales se prevé incentivar el consumo nacional de textiles por medio de propagandas y otras iniciativas, también se hará hincapié en la internacionalización del mercado con un presupuesto de 540 millones de pesos para lograr el objetivo, pues solamente de la industria textil se generan casi 500 mil empleos directos, los cuales son clave para la economía local de ciertas zonas del país.
La competitividad de las empresas textiles de México deja mucho qué desear, pues casi no hay programas que incentiven la creatividad e innovación, lo que se ve reflejada en su mínima inserción internacional, siendo las empresas nacionales siempre arrasadas por las empresas internacionales que quitan de la bolsa miles de millones de ingresos anuales.